El esquí es un deporte puramente anaeróbico en el cual la potencia muscular es importante. Sin embargo, hasta hace poco tiempo se consideraba que para este deporte la resistencia orgánica era la propiedad física más importante y la primera en entrenar. Esta concepción se mantuvo por muchos años, decenios, hasta que el desarrollo científico permitió su revisión. En la actualidad se ha llegado a la conclusión que los esquiadores explotan su resistencia muscular y no la orgánica. Los primeros experimentos que revolucionaron las viejas concepciones se iniciaron hace cerca de 9 años con la programación del trabajo estudiada por Alberto Tomba y los resultados han sido excepcionales. Los músculos de las extremidades inferiores son los más involucrados, con contracciones a cargo de las fibras blancas, extremadamente rápidas. Los estudios más importantes y la creación de los parámetros de electroestimulación para cada disciplina deportiva han sido posibles gracias a los esquiadores, considerados los pioneros de este método complementario de entrenamiento que es la estimulación eléctrica: intensidad, tipos de ondas y frecuencias eléctricas personalizadas. También en este deporte intervienen muchas zonas musculares de forma sinérgica y complementaria. Por tal motivo, en la tarjeta aparecen programas para la tonificación y el potenciamiento de los diversos grupos de músculos. Por ejemplo, los abdominales trabajan para la estabilidad del cuerpo durante los movimientos fuertes de las extremidades inferiores. En caso contrario, el busto rotaría alrededor de su eje hasta perder el equilibrio y caer, con todas las consecuencias que imaginamos. Al igual que el fútbol, el esquí es un deporte con alto componente traumático, por tanto es importante la parte dedicada a los programas analgésicos para la cura de algias, fundamentalmente en la columna. De hecho, el dolor de columna es uno de los más frecuentes en estos deportistas, al igual que los problemas de artrosis provocados por los traumas en las articulaciones inferiores, en particular la rodilla. Son también frecuentes las caidas, que pueden provocar lesiones graves tipo fracturas y luxaciones. En estos casos específicos, es recomendable usar la electroestimulación sólo en fase postoperatoria con programas de rehabilitación dirigidos a una tonificación progresiva y constante en la zona del músculo lesionado. Puede ayudar también el uso de TENS para aliviar los dolores típicos de la inflamación causada por las secuelas del trauma.